Mochilas ¿Con o sin ruedas?

Médicos, padres y responsables educativos recomiendan reducir al máximo el peso y una buena educación postural para evitar dolores de espalda en edades tempranas y daños irreversibles en la columna vertebral.

Entre las muchas dudas que asaltan a los padres en el inicio de curso está si comprar una mochila tradicional y echar a la espalda de su hijo varios kilos durante nueve meses o aliviar parte de esa carga con una de ruedas. Los expertos son claros: siempre es mejor tirar del peso que llevarlo a cuestas. Sin embargo, si el niño aprende a distribuir el peso y a colocarse la mochila en la espalda a una altura adecuada, el efecto no tiene por qué ser perjudicial.
La buena educación postural se antoja clave en el crecimiento del niño, de ahí la insistencia de los especialistas en que los padres sean perseverantes a la hora de corregir malos hábitos en las actividades diarias y cotidianas de su hijo, pues de no hacerlo, les pasará factura. Así lo apunta el jefe de sección de Traumatología del Hospital Carlos Haya de Málaga, Luis Mendez, para quien ni el excesivo peso ni el tipo de mochila son los únicos responsables del incremento de las visitas por parte de adolescentes a las consultas de traumatología y fisioterapia. No obstante, afirma que siempre es mejor una mochila con ruedas, «y si fuera como los carritos de la compra, con cuatro ruedas y que se empujasen en lugar de tirar de ellas como se hace actualmente serían perfectas». Así lo comparte la decana de la Facultad de Enfermería, Fisioterapia, Podología y Terapia Ocupacional de la Universidad de Málaga, María Teresa Labajos, para quien los niños no deben cargar sobre sus hombros más del 10 por ciento de su peso corporal » y si lo hacen, el peso debe ser equilibrado y estar bien repartido, colocando los objetos más pesados en el fondo de la mochila».
En lo que ambos coinciden es que la mochila nunca debe llevarse colgada de un hombro o reposando sobre los glúteos, sino centrada en la espalda y bien sujeta.
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Otro factor determinante a la hora de elegir qué mochila comprar es que sea ergonómica. La presidenta de la Confederación de Asociaciones de Padres de Andalucía, Pilar Triguero, lamenta que en muchas ocasiones los padres adquieran la mochila atendiendo a motivos puramente estéticos o dejándose llevar por las modas o los gustos de sus hijos, más que valorando si se adapta a su edad y talla corporal. Señala que las mochilas deben tener una sujección firme, con correas anchas y acolchadas, y procurando mantener la bolsa centrada en la espalda. En este sentido, reconoce el «buen criterio» de la Junta de Andalucía a la hora de elegir las mochilas que a partir de 5º y 6º de Primaria empezó a repartir a los escolares con los ordenadores. «Su diseño es 100% ergonómico y es digno de reconocer». Para Triguero, la mochila con ruedas no es mejor ni peor que la tradicional, pero sí apunta que si se elige, el niño debería cambiársela de mano alternativamente para evitar molestias y posibles contracturas».
En una campaña informativa desarrollada durante dos años en colegios de Málaga para prevenir dolencias de espalda en la etapa infantil, Mendez concluyó que el peso de las mochilas representaba un factor más en ese tipo de dolencias, pero que había que atacar otros frentes igual o más importantes, como las malas posturas que adoptan los niños cuando se sientan frente al televisor o en la mesa de estudio, e incluso el mobiliario, muchas veces inadecuado, de los colegios.
Para Méndez, los colegios debería tomarse en serio la posibilidad de hacer taquillas para que los alumnos dejaran allí su material y sólo transportasen diariamente el que necesitasen. Una posibilidad poco factible según el presidente de la Asociación de Directores de Colegios Públicos, Francisco Jiménez (desde junio sustituye a José Luis García), ya que para su construcción se necesita mucho espacio y presupuesto. «Además, -se pregunta Triguero- para qué esas taquillas si en los deberes diarios que les mandan los profesores tienen que utilizar casi todos los libros». En este sentido, asegura que llevan años reclamando que los libros de texto se dividan por trimestre para reducir su peso, «pero hasta la fecha las autoridades han hecho oídos sordos», lamenta.
Por el momento no parece que exista la mochila perfecta, lo que sí existe son los buenos hábitos posturales y la esperanza de que el libro electrónico se haga un hueco pronto entre el numeroso material escolar de nuestros hijos.

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